Creado el viernes, 15 octubre 2021
A media mañana de ayer llegaba al Colegio la triste noticia del fallecimiento del arquitecto cacereño Justo García Rubio y, a lo largo del día, los principales medios regionales publicaron la información. Desde entonces los pésames y muestras de cariño no dejaron de sucederse.
Nacido en Cáceres hace 73 años, fue hijo de maestros y, siguiendo la estela familiar, inició sus estudios de Magisterio hasta que, finalmente, emprendió su sueño de convertirse en arquitecto. Años más tarde, y a base de tesón y excelencia, consiguió situar a Extremadura en el mapa de la élite arquitectónica contemporánea internacional, gracias a una obra impregnada de una plasticidad y experimentación material tal que lo han convertido en referente y digno merecedor de numerosos reconocimientos: participó en la Bienal de Venecia, fue finalista del Premio Nacional de Arquitectura, obtuvo el Premio Extremadura a la Creación en 2003, Premio de arquitectura ‘Francisco Vaca Morales’ del COADE en 2006 e incluso el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Meiac) de Badajoz dedicó en 2016 una exposición a su obra.
Entre sus obras, encontramos numerosos edificios singulares como el depósito regulador de Ribera del Fresno, la sede del INEM (SEPE) en Cáceres o la comisaría de la Policía Nacional en Plasencia, además de otros tantos proyectos finalistas que no llegaron a construirse y supondrán, sin duda, referentes de estudio para generaciones de arquitectos (https://www.justogarcia.com)
Sin embargo, su obra más emblemática y reconocida tal vez sea la Estación de Autobuses de Casar de Cáceres (1998-2003), en la que se condensa una profunda reflexión plástica y constructiva desde la tradición y la vanguardia: su cubierta curva remite al arco y la bóveda como elementos constructivos tradicionales pero el empleo de un único material, el hormigón, consigue potenciar la continuidad física de los difusos elementos definitorios: suelos, paredes y cubierta se entrelazan en un espacio ambiguo, dinámico y amable.
Así, su geometría escultórica, definida con una cinta de hormigón que vuela sobre el espacio, se pliega consiguiendo crear un espacio abrigado, que arropa a los viajeros y potencia la idea de inicio o fin del viaje…
Conscientes de que su fallecimiento ha causado una honda consternación en toda la profesión, desde el COADE nos sumamos a las condolencias a su familia, amigos, así como a todos los compañeros, por esta pérdida. Con él se va uno de los principales referentes de la arquitectura contemporánea, pero su legado y el orgullo de todos los arquitectos extremeños se mantendrá vivo por siempre.
EN PRENSA: